El café espresso es una de las formas más populares y apreciadas de disfrutar del café en todo el mundo. Su sabor intenso, su aroma envolvente y su crema densa y dorada, si es que lo has preparado bien, lo convierten en una bebida única y deliciosa. Pero, ¿sabes cómo surgió el café espresso y cómo se ha ido perfeccionando a lo largo de los años? ¡Vamos a verlo!
Los orígenes del café espresso en Italia
Nació en Italia a finales del siglo XIX, como resultado de la búsqueda de un método más rápido y eficiente de preparar el café. En aquella época, el café se hacía con cafeteras de filtro o de émbolo, que requerían mucho tiempo y no ofrecían un resultado óptimo. Por eso, algunos inventores empezaron a experimentar con máquinas que utilizaban vapor a presión para extraer los granos molidos.
El primer prototipo de máquina espresso
Fue patentado en 1884 por Angelo Moriondo, un empresario turinés que quería ofrecer un servicio más rápido y mejor a sus clientes. Su máquina consistía en un gran recipiente lleno de agua que se calentaba con una llama de gas. Al abrir una válvula, el agua hervida pasaba por un filtro con café molido y salía por una boquilla en forma de chorro. Así se podían preparar varias tazas al mismo tiempo.
Sin embargo, la máquina de Moriondo tenía algunos inconvenientes: el agua estaba demasiado caliente y quemaba el café (buag!), el sabor era amargo y aguado, y la presión no era suficiente para crear una crema espumosa. Además, la máquina era muy grande y costosa, y solo se usaba en ferias y exposiciones.
La invención del espresso moderno por Achille Gaggia
El verdadero padre de esta deliciosa bebida fue Achille Gaggia, un barista milanés que en 1938 patentó una máquina revolucionaria que solucionaba los problemas de las anteriores. Su máquina utilizaba una bomba manual accionada por una palanca que generaba una presión de 9 bares sobre el agua caliente. De esta forma, el agua pasaba por el café molido a una temperatura óptima y se extraía todo su sabor y aroma. Además, la presión creaba una capa de crema espesa y cremosa que sellaba el café y evitaba su oxidación.
La máquina de Gaggia fue un éxito comercial y pronto se extendió por las cafeterías italianas. El café espresso se convirtió en un símbolo de la cultura italiana, asociado al estilo de vida urbano, moderno y sofisticado. Gaggia también fue el responsable de acuñar el término “espresso”, que significa “expreso” o “hecho al momento”, para diferenciarlo del resto.
La evolución de estas máquinas
Desde la invención de Gaggia, las máquinas de café espresso han ido evolucionando para mejorar su rendimiento, su diseño y su facilidad de uso. A lo largo del siglo XX se introdujeron varios cambios e innovaciones que marcaron la historia de los espressos para siempre.
Las diferencias entre las máquinas de palanca, bomba y cápsulas
Las primeras máquinas de espresso eran de palanca, es decir, requerían que el barista accionara manualmente una palanca para generar la presión necesaria para extraer la bebida. Éstas tenían la ventaja de permitir un mayor control sobre el proceso, pero también exigían más habilidad y esfuerzo físico.
En los años 60 aparecieron las de bomba eléctrica, que sustituían la palanca por una bomba que generaba automáticamente la presión adecuada. Estas máquinas eran más fáciles y rápidas de usar, pero también perdían parte del encanto y la personalización del espresso.
En los 90 se popularizaron las máquinas de cápsulas, que simplificaban aún más la preparación del espresso. Estas máquinas usaban cápsulas monodosis que contenían el café molido y sellado al vacío. Al introducir la cápsula en la máquina, esta perforaba el envase y hacía pasar el agua a presión por el café. Así se obtenía un café espresso en pocos segundos, sin necesidad de moler el café ni de limpiar el filtro. Las máquinas de cápsulas ofrecían una gran variedad de sabores y aromas, pero también generaban más residuos y dependían de las marcas comerciales.
Los avances tecnológicos y su diseño
Además de los cambios en el sistema de presión, las cafeteras espresso han incorporado otros avances que han mejorado su calidad y funcionalidad. Por ejemplo:
- El regulador de temperatura, que permite ajustar la temperatura del agua según el tipo de café y el gusto del consumidor.
- El molinillo integrado, que permite moler el café al momento y obtener un grano más fresco y aromático.
- El vaporizador de leche, que permite crear espuma de leche para elaborar bebidas como el cappuccino o el latte.
- El temporizador o el dosificador, que permiten programar la cantidad y el tiempo de extracción del café.
- El panel digital o táctil, que facilita el manejo y la personalización de la máquina.
Además de la tecnología, otro aspecto importante en la evolución de estas cafeteras ha sido el diseño.
Básicamente han pasado de ser simples aparatos funcionales a ser objetos estéticos y decorativos. Las hay de diferentes formas, tamaños, colores y materiales, que se adaptan a los gustos y las necesidades de cada usuario. Algunas cafeteras incluso son obras de arte o piezas de coleccionista, como las diseñadas por artistas o arquitectos famosos.
El café espresso en la cultura italiana
Esto no es solo una bebida, sino también una forma de vida y una expresión de la identidad italiana. El espresso forma parte de la cultura y la tradición italianas, y se refleja en sus hábitos, sus costumbres y su lenguaje. Veamos algunos ejemplos.
El ritual de tu espresso en el desayuno y después de las comidas
Uno de los momentos más típicos para tomarlo en Italia es el desayuno. Los italianos suelen empezar el día con un espresso acompañado de un croissant o una galleta. El café les aporta la energía y el ánimo necesarios para afrontar la jornada. El desayuno se suele tomar en casa o en una cafetería, donde se pide un “caffè” (que se entiende que es un espresso) o un “cappuccino” (que es un espresso con espuma de leche).
Otro momento habitual para tomarlo es después de las comidas. El café ayuda a la digestión y a cerrar el apetito. Además, es una excusa para alargar la sobremesa y charlar con los amigos o la familia. Se suele tomar solo o con un poco de azúcar, nunca con leche (que se considera que estropea el sabor del café y que es solo para el desayuno). A veces se acompaña de un licor o un dulce.
Las variedades y estilos de espresso que se toman en tierras italianas
Aunque esta bebida infusionada es la base de todos los cafés italianos, existen muchas variedades y estilos que se pueden pedir según el gusto y el momento del día. Algunas de las variedades más comunes son:
- Ristretto: muy corto y concentrado, que se obtiene usando menos agua y más presión. Es ideal para los amantes del café fuerte e intenso.
- Lungo: más largo y suave, que se obtiene usando más agua y menos presión. Es ideal para los que prefieren un café más ligero y menos amargo.
- Macchiato: con una pequeña cantidad de leche espumada por encima, que suaviza el sabor del café. Es ideal para los que quieren un toque cremoso sin perder el aroma.
- Corretto: con una gota de licor, como grappa, brandy o sambuca. Es ideal para los que quieren darle un toque alcohólico y aromático.
- Marocchino: con chocolate y leche espumada, que se sirve en una taza pequeña de vidrio. Es ideal para los que quieren una bebida dulce y golosa.
La expansión del espresso por el mundo
Y es que no solo ha triunfado en Italia, sino que también ha conquistado el paladar de millones de personas en todo el mundo. El café espresso se ha convertido en una bebida global y universal, que se puede encontrar en casi cualquier lugar y que se adapta a las diferentes culturas y preferencias. Veamos cómo se ha expandido por el mundo y cómo ha influido en el mercado y la producción.
La influencia del café espresso en otros países europeos
El primer país fuera de Italia que lo adoptó fue Francia, donde se introdujo en los años 50 gracias a los inmigrantes italianos. Se popularizó en las cafeterías parisinas, donde se servía en pequeñas tazas de porcelana. Los franceses le dieron su propio toque al espresso, añadiéndole leche caliente o fría, creando así el “café au lait” o el “café glacé”.
Otro país europeo que se enamoró de esta maravilla fue España, donde llegó en los años 60 gracias al turismo y al comercio. El café espresso se adaptó al clima y al gusto de los españoles, que lo tomaron con hielo, creando así el “café con hielo”. Los españoles también le añadieron leche condensada, creando así el “bombón” o el “cortado”.
Además, algunos de los otros países europeos que se sumaron a la moda de esta variedad fueron Alemania, Suiza, Austria y los países nórdicos, donde el espresso se combinó con otras bebidas como el chocolate, la nata o el licor, creando así variedades como el “mocca”, el “viennese” o el “irish”.
La adaptación del espresso a los gustos y preferencias locales
No solo cruzó fronteras, sino que también el océano y llegó a América, donde se encontró con una gran diversidad de culturas y gustos. Se adaptó a las diferentes regiones y países, creando así nuevas formas de disfrutar del café.
En Estados Unidos, el espresso se popularizó en los 80’ gracias a la cadena Starbucks, que lo introdujo como parte de su oferta de cafés especiales. Se sirvió en tazas grandes y se mezcló con leche, azúcar, siropes y otros ingredientes, creando así bebidas como el “latte”, el “mocha” o el “frappuccino”. Estas bebidas eran más dulces y menos amargas que el espresso original, y se adaptaban al gusto del público americano.
En Latinoamérica, el espresso se encontró con una larga tradición cafetera, ya que muchos países de esta región son productores de café. Se integró con la cultura y la gastronomía locales, creando así variedades como el “cubano”, el “carajillo” o el “pingado”. Estas variedades eran más fuertes y aromáticas que el espresso original, y se acompañaban de azúcar, canela o aguardiente.
En Asia, llegó más tarde que a otras regiones, pero también tuvo una gran acogida. Se fusionó con las bebidas y los ingredientes típicos de cada país, creando así variedades como el “kopi luwak”, el “yuan yang” o el “ca phe sua da”. Estas variedades eran más exóticas y originales y se elaboraban con granos de civeta, té o leche condensada.
El impacto del espresso en la industria y el comercio
La expansión del espresso por el mundo no solo ha supuesto un cambio en la forma de consumir este oro negro, sino también en la forma de producirlo y comercializarlo.
Por un lado, ha impulsado la demanda y el consumo de café de calidad. Requiere un grano de alta calidad, que tenga un buen aroma, un buen sabor y una buena crema. Por eso, el espresso ha fomentado el desarrollo de variedades más selectas y exclusivas, como el arábica o el robusta. También ha estimulado la creación de sellos de calidad y de certificación, que garantizan el origen y la trazabilidad del café.
Por otro lado, el espresso ha generado una mayor competencia y diversificación en el mercado de esta materia. Así, ha dado lugar a la aparición de nuevas marcas, productos y formatos, que se adaptan a las diferentes necesidades y preferencias de los consumidores. También ha propiciado el surgimiento de nuevos canales de distribución y venta de café, como las cafeterías especializadas, las tiendas online o las máquinas automáticas.
Así pues, podemos ver que el café espresso ha transformado la industria y el comercio, creando un sector más dinámico, innovador y globalizado. Ha abierto nuevas posibilidades y retos para los productores, los comerciantes y los consumidores de todo el mundo.
Preguntas frecuentes
- ¿Cómo se llama el café que toman los italianos?
El café que toman los italianos se llama café espresso, que es un café corto, intenso y con crema que se hace pasando agua caliente a presión por el café molido.
- ¿Cuál es el café típico de Italia?
El café espresso, que es la base de todas las variedades de café que se pueden encontrar en las cafeterías italianas, como el cappuccino, el macchiato o el corretto.
- ¿Qué diferencia hay entre espresso y café?
Espresso es un tipo de café, mientras que café es un término genérico que engloba diferentes tipos de bebidas hechas con granos de café tostados y molidos. El espresso se caracteriza por ser un café corto, intenso y con crema que se hace pasando agua caliente a presión por el café molido.
- ¿Cómo se dice café espresso o expreso?
Las dos formas son correctas, aunque la más usada es café espresso. La palabra espresso proviene del italiano y significa “expreso” o “hecho al momento”. La palabra expreso proviene del español y significa “rápido” o “directo”.
- ¿Qué significa Bialetti?
Bialetti es el nombre de una marca italiana de cafeteras domésticas que se usan para hacer espresso. La Bialetti más famosa es la moka, que tiene una forma octogonal y está hecha de aluminio. Esta funciona por medio de un sistema de vapor que hace pasar el agua por el café molido y lo recoge en un recipiente superior.